La obra es de cuatro niños de uniforme de una escuela privada y católica, una imagen de un Cristo
muy kitsch y cuatro cubos en el piso que se disponen de tal modo que cambian la
escenografía de un momento al otro.
Chicos católicos apostólicos y romanos, protagonizada por Nicolás Maiques, Juan Paya,
Dario Barassi, Juan Guilera, y Emanuel Arias, es una comedia desopilante
dirigida por Carlos Kaspar.
Los
chicos católicos, están en el quinto grado ansiosos y temerosos por tomar la
comunión.
Debido
a éste acontecimiento, les surgen dudas y planteos en torno a la religión, a la
iglesia como institución, a los pecados capitales, al cielo, al infierno, y a
la sexualidad, en la que hacen hincapié y por sobre todo a la crueldad pura de
los niños a esa edad.
La obra es presentada en el teatro El Cubo, pero anteriormente era dada en el teatro N/Artazar.
EL Cubo se reafirma como uno
de los teatros más prestigiosos del off-corrientes, sosteniendo una
programación que privilegia la calidad artística de los espectáculos. Una
estructura moderna y acogedora que permite una mejor comunicación con el
espectador.
Sala de 17m x 25m
Escenario de 0,7m. de altura. Medidas: 12mts. x 7.5mts.
Capacidad: 240 butacas numeradas en gradería.
Escenario de 0,7m. de altura. Medidas: 12mts. x 7.5mts.
Capacidad: 240 butacas numeradas en gradería.
Dramaturgia:
Juan Paya / Elenco: Diego Barassi, Juan Gilera, Nicolás Maiques, Juan
Paya y Emanuel Arias / CoreografíaAgustina
Vera / Asistente de dirección:Lucas
Merayo y Karina Hernández / Dirección:Carlos
Kaspar / Teatro: El Cubo Zelaya 3053.
Juan Paya y Nicolás Maiques
se conocieron trabajando en el musical “Socorro, Malcriados” y hoy se lanzan
como productores con su propia empresa "Escena Catorce". Ellos mismos
se consideran una empresa joven, cool, canchera y muy
creativa.
“Nos creemos
quincemil. Teníamos ganas de elegir que cuento contar, por eso casi
sin darnos cuenta empezamos a producir. Con el tiempo y los proyectos nos
fuimos dando cuenta que además de actuar nos gustaba escribir, producir,
crear, renegar, sufrir, putear, amar, odiar y ponernos la camiseta de lo
que hacemos generando nuestro propio trabajo. Así fue que nació "Escena
Catorce Contenidos" y
las ganas de crecer creando. Somos grosos y lo sabemos. Despilfarramos magia
por doquier. somos eclécticos, podemos ser bizarros o naif, según el día y la
hora. Nos llevamos bien aunque nos vemos la cara todos los días y eso es
importante. Somos un gran equipo, trabajamos fundamentalmente en los vínculos
porque creemos fehacientemente que sin bases solidas no hay construcción.
Amamos producir, nos encanta convertir en posible lo imposible. Hacemos
realidad los sueños. Somos Nicolas Maiques, Juan Paya y Agustina Granja”.
CRITICA
Elegí esta obra particularmente porque conozco a Juan y a Agus, ya que ella fue compañera en la escuela media y también porque había visto hace bastante el musical en el que habían trabajado "Socorro Malcriados" y me había encantado.
Si bien la obra cumplió 4 años en cartelera, no había tenido tiempo para poder ir a verla. Escuche hablar mucho no solo por los comentarios de mis amigos, sino también por los medios como la TV y la radio que la nombraban.
El día que fui a ver la obra mis expectativas eran muchas debido a los comentarios.
Antes
de que comience la obra todas las luces de la sala se apagan y solo se puede
observar la luz de una linterna que ayuda a ver los lugares de los espectadores
que llegan sobre la hora. Al inicio de la obra se prenden las luces, pero es
tenue. Se pude observar el escenario vacío, en donde cuelgan a la derecha del
escenario 2 banners y a la izquierda otros dos donde en cada uno de ellos hay
una caricatura de los actores principales vestidos de la misma forma que en la
campaña publicitaria (con ropa de escuela privada) y en el centro del escenario
hay un banner pero que tiene un soporte al piso donde está la imagen de Jesús pero también en caricatura, en este caso hay un foco de luz más fuerte apuntando a Jesús. Esto ayuda a atrapar al espectador, generando intriga e interés.
En el transcurrir de la obra se pueden observar los distintos
roles de cada uno de los personajes. Estos roles son logrados a la perfección y
se pueden apreciar muy bien las características de cada uno. Los cuatro
compañeros de colegio, en la escuela ya sea en los recreos u horas de clases,
dudan, juegan, se preguntan, aprenden y se tientan. Por un lado está el gordo
que es resentido, soberbio y peleador, el feo que es gay, pero muy inteligente;
el lindo, vivo y con mucha calle. Y por último está el tonto, al que todos
quieren ayudar, porque no pueden creer que no se dé cuenta de nada. Son
víctimas y victimarios de las burlas y cargadas. Reciben y dan, como todos los
niños, con la diferencia de que si no respetan al señor irán al infierno.
Porque el ojo de Dios todo lo ve y serán castigados, si no cumplen los doce
mandamientos. Además, hay una quinta persona en escena, que es Guido (el
empleado). Hace desde mantenimiento hasta cómplice de los niños o los curas,
como mejor le convenga. Y musicaliza con su guitarra, todo lo que pasa arriba
de las tablas.
Las
actuaciones de los actores y el conjunto de todos ellos en la obra son
realmente increíble. Desde el comienzo de la obra hasta que termina el público
no para de reírse. Las risas que se van trasformando en carcajadas debido a la
ingenuidad de estos niños y los diferentes recursos que utilizan los actores
para representar los distintos personajes como los cambios de voces, las expresiones
exageradas del homosexual, la soberbia del gordo, la ingenuidad exagerada del
tonto y lo canchero del otro son un conjunto brillante que aporta a la obra.
Sumado a esto cada uno de los actores
además de interpretar al niño compone a un adulto miembro de la iglesia. Los
tres heterosexuales componen a sacerdotes y como era previsible el que
representa al homosexual compone a una monja.
Se
puede observar en el escenario la personalidad y características del personaje
que cada uno de estos 5 actores van representando. Demuestran lo que sienten y
piensan y como es esperable en los niños las cargadas que se generan por ser
distintos y como punto central en que no van a poder tomar la comunión por los
miedos e inseguridades de pecar.
Son
dos horas a puro ritmo, con un texto lleno de preguntas, un regreso a la adolescencia
y a todas sus dudas. La religión, el sexo, la discriminación, la educación, y
las conclusiones. Todo desde la mirada de un particular grupo de alumnos.
En relación a la escenografía,
cabe destacar que si bien el escenario es pequeño
para desplegar tanta energía el director logra con un par de luces, un
plotter de Jesus y cinco banquitos recrear la historia.
Una puesta en escena sencilla,
con pocos recursos de escenografía, dándole más lugar e importancia a la
actuación de estos cinco actores. Que logran a la perfección cada
interpretación del personaje, tanto de niño como de adulto, a través de
recursos tanto corporales como vocales, donde se nota el esfuerzo y la energía
que cada uno pone, para dar lo mejor de sí.
Es un texto
cuestionable en donde los chistes están muy bien pensados y logrados. Con un
tema complicado como es la iglesia y los sacerdotes, sus ideas, sus temores y
sus prohibiciones. Se podría objetarle infinidad de cosas en relación a estos
temas. Pero también es cierto que se le estaría poniendo al espectáculo una
intención que claramente no tiene ya que pretende ser, simplemente, un
divertimento. Con todo lo grandioso y lo peligroso que puede eso significar,
pero que es más un problema de la cultura que lo produce que de los artistas
que lo llevan a cabo. Los textos y situaciones no dan tiempo para asimilar las
verdades que a fuerza de grotesco, se disparan desde el escenario. Quedó
demostrado que a través del humor se puede hablar de todo.
El
vestuario de los personajes hace referencia a la trama de la historia, los
niños de la escuela católica vestidos con el uniforme típico de la misma
(camisa blanca, corbata, chaleco azul y pantalones azul marino), En los
momentos que se representan a los adultos religiosos tanto los curas como la
monja están con las túnicas negras. Y por último el caso del empleado esta con
un delantal azul haciendo referencia a su rol. El vestuario aporta mucho a la
representación de la historia.
En relación
a la iluminación es tenue desde el comienzo en todo el escenario. Por momentos
como al principio y en otros momentos de la obra donde habla Jesús, hay un
reflector apuntando al banner con la imagen en caricatura de él. También sucede
en determinados momentos de la obra, en la que determinado actores toman el
protagonismo en ese momento y es ahí donde se proyecta un reflector en ellos.
Si bien en la totalidad la propuesta es excelente y brillante, hay que
destacar, entre los intérpretes, la energía y diversos recursos de Nicolás
Maiques, ya que en su composición del niño homosexual utiliza distintas
variedades de recursos como para garantizar la risa del público, y lo logra con
sumo éxito. Dario Barassi también se destaca en su representación y en los
distintos recursos que utiliza como los gestos, los cambios de voces y los
tonos de los chistes; logra manejar el tiempo de la escena a la perfección. Es
muy valioso y rico como utilizan variedades voces y recursos que sorprende
constantemente al público. Su intensidad en el escenario es admirable.
Es una obra con mucho humor en donde se pueden ver de trasfondo en el
texto los mensajes subliminales hacía la Iglesia. Me divertí mucho cuando la fui
a ver, llegue a salir del teatro con dolor en la mandíbula de tanto reírme. Al
ir a verla uno solo puede soltarse y disfrutar realmente de un verdadero humor,
que si bien son temas delicados para tratar, se pudo demostrar con esta obra, que con humor todo se puede. Si bien uno puede ponerse a pensar en el trasfondo
de la trama, en el momento no es posible ya que la única intencionalidad es
hacer reír al público. Es realmente recomendable!!!
Bibliografía
Consultada:
Ø https://www.youtube.com/watch?v=UUl3dGbxpuc
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